A pesar de largos años de visitas cortas y estancias no tan breves a la ciudad de Haro, en La Rioja Alta, será este año la primera vez en que coincido con la Fiesta de uno de sus Patronos, San Pedro. En tal fecha, es tradicional la Batalla del vino. Una folkclórica celebración popular que consiste en ascender en romería a la ermita de San Felices, el otro patrón, donde se celebra una Misa a cuyo término se inicia una verdadera batalla campal consistente en el baño literal 'in vino' de toda la muchedumbre. Desde cubos, palanganas, sulfatadoras, garrafas, botas, globos llenos, mangueras, ..., hasta cualquier posible contenedor de líquidos. Vino, mucho vino. ¡Unos 60.000 litros de vino!

Una vez arriba, se empieza a arrojar el vino usando botas, botellas, sulfatadoras, calderos, pistolas de agua y todo lo imaginable que pueda albergar líquido.
Mientras se libra esta batalla, alrededor de las ocho y media o nueve, el regidor síndico de la ciudad, quien simbólicamente tiene el mando durante las fiestas, abre comitiva a caballo hasta llegar a la ermita de San Felices de Bilibio, donde tras colocar el pendón en lo más alto de las peñas se celebra una misa. Al término de ésta se dispara un cohete, dando inicio oficialmente la batalla del vino, comenzando las charangas a animar a la multitud que se reúne en las campas bajo la ermita.

Voy, pues, a recibir mi 'bautismo del vino', dentro de pocas horas. Hoy he comprado el atuendo adecuado a la ceremonia; alpargatas blancas, pantalón y camiseta del mismo color, pañuelo rojo y gorra igualmente blanca.

En fin, si logro sobrevivir, mañana os lo cuento.
¡Viva San Pedro! ¡Viva San Felices! ¡Viva el vino de Rioja!
Ahah!!! Estabamos en la batalla este ano!!! Este evento es increible ! ;)
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