domingo, 7 de agosto de 2011

66 primaveras

Hoy celebro mi aniversario. Con amigos y familia, estaremos en el Chuchi, en Fuenmayor. La ocasión lo merece y el marco es de lo más adecuado. El tiempo, aquí, es benigno, con un cielo abierto, una temperatura de 25 grados y una brisa sureña que permite pasear sin agobios.

Los años se amontonan sin añadir gran contenido a las vidas recorridas. Tal vez los recuerdos se mezclan de forma anacrónica, una curiosa batidora en la que la niñez y la madurez se funden perfectamente como la leche y el café del desayuno. Lo reciente no se patentiza mejor que lo lejano. Una cosa permanece, la soledad incomunicable del sujeto. Aquello que nunca se separa. Al decir de Evtouchenko,

Cada uno tiene un mundo secreto, muy suyo,
donde se encuentra su mejor instante,
donde se esconde la hora más terrible.
Pero nosotros no sabemos nada de ello.

¿Y si el viaje a Ítaca no fuese más que una broma? Kavafis, de forma brillante, y luego Machado, nos hacen leer la vida sin principio ni fin. Lo único importante es el breve intermedio del camino, el destino (cualquiera de las Ítacas perseguidas) no tiene importancia, quizá porque nunca se alcanza realmente.
Que siempre Ítaca esté en tu pensamiento.
Llegar ahí es tu destino.

Pero nunca apresures el viaje.
Es preferible que dure años,
que seas viejo cuando alcances la isla,
rico con todo lo que habrás ganado en el camino,
sin esperar que sea Ítaca la que te haga rico.

Todo eso estaría muy bien si, al menos, el camino fuese rectilíneo, progresivo, sin retrocesos ni atajos a desandar; pero realmente es difícil digerir la lógica de una andadura tan cegata, dispersa y falta de método. Sin objeto formal, con grandes dosis de caprichosa discrecionalidad, la vida (el camino, el viaje, el recorrido) se lee, a estas alturas, como un zizagueante titubeo sin razón ni motivo. Como decía mi amigo Pepe Rubianes, "... hemos llegado sí, pero ¿puede alguien decirme adónde?".

Y, a pesar de todo, cada día tiene su afán. El de hoy, compartir con los seres queridos cualquier cosa menos esta dura sensación de soledad.

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