Sobre la enseñanza del gallego . . .
El sábado pasado colgué aquí
un muy bien realizado spot sobre la presunta imposición de la enseñanza
en gallego, con un ninguneo estricto del castellano, en los programas
escolares que se desarrollan en mi tierra.
La reacción ha sido extraordinaria, en visitas a este post (más de 160) y
también en varios comentarios que, obviamente, ya se han publicado. Hay unanimidad, no existe tal discriminación del castellano en la enseñanza reglada.
Yo soy testigo de la presencia simultánea y cordial de ambas lenguas en
la vida cotidiana de los gallegos, especialmente en las poblaciones más
grandes. El pasado martes estuve en Santiago y en Lugo, amén de algunos
pueblos como A Estrada y Vilalba. Puedo decir que todos los contactos
que tuve con gente desconocida, en la empresa de alquiler de vehículos
en el aeropuerto de Santiago, en la gasolinera de Teixeiro, en el bar
LUAR de Vilalba, en el VERRUGA y el CINCO VIGAS de Lugo, etc. todo el
mundo se dirigió a mi en castellano y, aunque yo contesté siempre en
gallego, no todos cambiaron de lenguaje para dirigirse a mi.
Soy gallego 'de nación', aunque llevo más de cincuenta años
transterrado, ahora en Cataluña, antes en 'las Américas' (USA y MÉXICO).
Siempre hablé en gallego con los amigos y parientes de ese origen, a
éste y al otro lado del charco. He leído siempre literatura y poesía
gallega, y sigo haciéndolo.
Con respecto al vídeo en cuestión, me llegó anónimamente y decidí colgarlo en mi blog
para provocar alguna reacción por parte de los lectores, muchos de
ellos amigos y, alguno que otro, profesional de la enseñanza jubilado o
en activo. Doy por bien empleado lo hecho, por que ahora tengo más
elementos de juicio para valorar la situación real y actual de la
enseñanza en mi tierra.
La exagerada discriminación positiva del catalán produce unos efectos
disuasorios sobre los castellanohablantes que los 'victimiza',
alejándolos de una buena y cordial integración social.
Un ejemplo, de mi anecdotario personal: Hace unos diez o doce años
participé en un viaje de incentivo de la empresa en que trabajaba, a
Egipto. Éramos un centenar de personas, procedentes de Cataluña todos
nosotros, aunque no todos catalanoparlantes. En ocasión de una visita
nocturna a las Pirámides, cercanas a El Cairo, se ofreció a la
organización que el espectáculo de luz y sonido podía pasarse en
diferentes idiomas: árabe, inglés, francés, alemán, italiano o español.
¿Cuál fue el idioma elegido? ¿El español? ¡NO! Los organizadores
pidieron el pase ¡EN ITALIANO! Resultado: un 95% de los asistentes no
entendieron nada de lo que les trasladaba la megafonía... Cualquier
cosa, antes que promover una transcripción en español.
El triste placer del "quédeme yo tuerto, con tal que tú te quedes ciego".
Nada personal en este asunto; leo, hablo y
escribo el catalán perfectamente. Y lo hago desde que pasé los primeros
meses en este rincón de España, hace más de cincuenta años.
Me congratulo de las comunicaciones que he
recibido a causa del post de referencia, y quedo convencido de que la
situación del bilingüismo en Galicia no tiene nada que ver con la que se
vive en Cataluña.
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