lunes, 29 de agosto de 2011

¿AGULLA OU FIO?


Al hilo, nunca mejor dicho, de la reflexión de nuestro querido Pedro sobre las acuciantes interrogaciones en las cuáles se devana nuestra más o menos pasada o próxima jubilación, me gustaría retorcer un poco más su bien traída metáfora sobre agujas e hilos de la sublime costura divina.
Y, al protagonismo de la aguja, añado yo la no menos importante función del hilo en esa concatenación de puntadas. ¿No os parece que Dios es, más bien, la aguja y nosotros el hilo? La transmisión, de valores o conocimientos, de la que habla Rovira, está más en el hilo, que de lejos viene y se proyecta en futuras suturas; ese consútil legado es posible gracias a nuestra modesta aportación. Por su parte, es tarea divina, sin duda alguna, conducir la aguja con sabia mano para que el modesto hilo encadene sin solución de continuidad una narración coherente de nuestras vidas, en relación con lo pretérito y en provisión de lo por venir.
Cómo me gustaría, querido Pedro, que siguiéramos este incruento debate, tú y yo y cuántos de nuestros cofrades lo deseen. Ojalá sean muchos. Tema, haberlo haylo.
Fraternal abrazo a todos.

Vicente Carballido

viernes, 26 de agosto de 2011

Somos útiles …!


Ao verlle as orellas ao momento de xubilarse, éntralle a un un desacougo vital: E agora que fago? Para que sirvo?
Dándolle voltas a esta abafante idea, veume á mente esta metáfora:
“Os maiores somos as agullas vellas coas que Deus carcose unha xeración con outra”.
O feito de saber que eu e mais os meus achaques ían desenvolver unha misión tan transcendente como é a de servir de cadea de transmisión de coñecementos e valores, acougou o meu espírito … e seguín durmindo tan ricamente.

Pedro J. Rovira Magariños

martes, 23 de agosto de 2011


Jáuregui tenía razón

Enric Juliana
El día 22 de noviembre del 2004, Ramón Jáuregui Atondo le dijo a José Luis Rodríguez Zapatero que se equivocaba; que se equivocaba peligrosamente con la Iglesia católica. Se lo dijo públicamente en las páginas de La Vanguardia y el mensaje no sentó nada bien a su destinatario. Los teléfonos sonaron de inmediato en el despacho del diputado guipuzcoano para advertirle que la disciplina de partido seguía vigente en la era de la política posmoderna y que poca broma con ZP. Noviembre del 2004. El hombre de León estaba en la cresta de la ola.

Jáuregui aconsejaba al nuevo presidente que siguiese una política prudente con la Iglesia y que no se dejase tentar por el espectáculo mediático de un choque frontal con el clero. “En el PSOE –decía– subsiste un cierto sustrato anticlerical. Un cierto fundamentalismo antirreligioso podría anidar en nuestras filas si nos dejásemos llevar por el anticlericalismo y si no supiésemos ver que las religiones constituyen un hecho público”. El diputado vasco recordaba que el 80% de los electores del PSOE se declara creyente y sugería una línea de trabajo pragmática, cuyo primer punto sería negociar con la Iglesia el estatus de la asignatura de Religión, estableciendo algunos tramos evaluables, de manera que se asegurase la transmisión escolar de la cultura cristiana, fundamento de la cultura general del país. Proponía ir a un modelo definitivo de financiación de la Iglesia y aconsejaba actuar con tiento sobre el aborto y la eutanasia.

En lo sustantivo, Jáuregui Atondo proponía un compromiso histórico entre el socialismo español y la Iglesia de Roma, que reforzase a los sectores católicos centristas y debilitase a los ultraconservadores. Como el lector adivinará era un planteamiento estratégico que iba bastante más allá de la cuestión religiosa. El vicepresidente del Gobierno vasco en tiempos de la coalición PNV-PSOE en Vitoria (1996-98) le estaba diciendo a Zapatero que gobernase mirando al centro y que no se dejase arrastrar más de la cuenta por los dos lobbys emergentes de la denominada nueva izquierda: el feminista y el gay. Con malos modos le dijeron que se callase.

Recuerdo bien aquella entrevista porque fue una de las primeras que realicé como corresponsal en Madrid. Jáuregui es un tipo sólido. En la película Matrix se habría tomado la pastilla azul: la que conduce a la realidad real. No habla de frames, ni es un obseso de las encuestas. Hijo de una familia de diez hermanos, comenzó a trabajar de aprendiz a los 14 años en una fundición de Pasajes. Estudiando de noche consiguió titularse como ingeniero técnico y licenciado en Derecho. Zapatero y sus amigos, por el contrario, decidieron tomarse la pastilla roja de Matrix: la que conduce a una realidad paralela en la que las dos Españas hacen ver que se pelean como en los años treinta mientras la burbuja inmobiliaria garantiza crecimientos estadísticos de la economía por encima del 3% anual. Los de la pastilla roja, comenzando por el propio presidente, apenas tienen otra experiencia laboral que la política de partido. La mayoría de ellos pasaron directamente de la universidad al Parlamento con breves lapsos en alguna ayudantía de facultad.

Y es interesante observar cómo Zapatero intenta ahora distanciarse de aquel viaje astral. Ha nombrado albacea a su amigo Pedro J. Ramírez, con tres jugosas confidencias: no veía muy claro el título de matrimonio gay, pero el nombre se lo impuso Pedro Zerolo, fogoso líder de la nueva izquierda madrileña; la promesa sobre el Estatut de Catalunya se la coló en un discurso su asesor Miguel Barroso –para contentar al PSC– y no tuvo tiempo de reflexionarlo; y la legalización de Bildu es cosa de los magistrados felipistas del Tribunal Constitucional. Él, en el fondo, no es responsable de nada. Impresionante.

El destino, que siempre es muy irónico, ha querido que Ramón Jáuregui Atondo sea ministro de la Presidencia y encargado de las relaciones con la Iglesia en el momento de la visita triunfal del Papa a Madrid.

Créanlo o no . . .







domingo, 21 de agosto de 2011

Los 'calaos'

Siglos de historia y de buen vino

Numeroso público participó ayer en el 'Día de los Calaos' en Rodezno


C. GUARDAMINO 


Siglos de historia y de buen vino
La localidad de Rodezno volvió a celebrar ayer el 'Día de los Calaos' con una jornada de puertas abiertas de las bodegas y calaos centenarios que el municipio alberga en el cerro de La Encina. A pesar de que el calor no dio tregua a los miles de visitantes que se acercaron desde distintos puntos de La Rioja y de otras comunidades, la octava edición de esta singular iniciativa mejoró su capacidad de convocatoria consolidándose como una de las citas enoturísticas de referencia en la región.
Los miembros de la Asociación de Amigos de Rodezno, organizadora de este evento que implica a gran parte de los vecinos de la localidad, aseguraban ayer que «el vaivén de gente empezó sobre las diez -una hora antes de la lectura del pregón y de la apertura oficial de los calaos- para incrementarse durante el transcurso de la mañana». Además, los responsables de la asociación calificaron como «un éxito» la venta de copas para degustar los caldos ofrecidos en las bodegas.
El calor remitía, no obstante, con la entrada en alguna de las cuevas del entramado de túneles y galerías que encierra en su interior el cerro de La Encina. Excavados en roca madre, los calaos mantienen una temperatura constante de entre 13 y 15 grados y un elevado porcentaje de humedad, condiciones idóneas para desarrollar la crianza y permitir la conservación del vino. Su antigüedad data, en algunos casos, del siglo XVII.
Completo programa
Junto a la visita de estas tradicionales bodegas, la asociación organizadora preparó un completo programa de actividades con diferentes catas comentadas a cargo del enólogo Manuel Ruiz Hernández, exhibiciones de oficios artesanos, un pisado tradicional de la uva, talleres de enoterapia, juegos tradicionales sobre el vino, la exposición de los trabajos realizados por las asociaciones locales, proyecciones y otros actos que marcaron una jornada dedicada a la histórica vinculación del municipio con el mundo vitivinícola. «Llevamos meses preparando este día, de tal forma que todo se desarrolle correctamente», comentaron en uno de los puestos instalados por la Asociación de Amigos de Rodezno.
Una de las novedades de esta edición fueron los paseos en calesa de caballos a través del barrio de las bodegas, enclave privilegiado desde donde es posible contemplar una panorámica de la localidad riojalteña y sus viñedos. Como broche final a una intensa jornada, el evento culminó con el III concurso de catadores aficionados y una actuación musical a partir de las ocho de la tarde.

Como podeis ver, el Diario La Rioja no encontró un mejor modelo de aficionado a 'los calaos' que vuestro humilde servidor.

viernes, 19 de agosto de 2011

TONDELUNA Y LA NOVELA DE DAVID DE JUAN


Me voy a Logroño, ¡caramba!.

A comprar El baile de las lagartijas, de David de Juan Marcos. En la librería de Santos Ochoa la encontraré con toda seguridad y podré además ojear y hojear las novedades del sector.
Esta impresionante novela, que estuvo en mis manos hace cerca de un año y, a causa de imponderables que no vienen a cuento, no pude editar; Débora Albardonedo, paisana y agente literaria, me lo puso a huevo en su día, pero no pudo ser...
También  me guía, como no puede ser de otro modo, una curiosidad gastronómica, un vástago de la saga del Echaurren de Ezcaray, Francis Paniego, ofrece una propuesta de taberna del futuro, según Pepe Barrena en El Mundo. Responde al apelativo de TONDELUNA. Lo veremos, lo cataremos y lo comentaremos aquí.

Nerua, una sorpresa en el Guggenheim


Hacía un día nublado, ayer, en Bilbao. Fresco, que no frío. Una luz muy apropiada para iluminar las acorazadas paredes del Guggenheim. La exposición de pintura abstracta entre los años 49 y 69, de un interés relativo. Pocos turistas, mayormente franceses o nacionales. Bilbao, tranquilo, a cinco días de su Semana Grande, la Aste Nagusia del 2011. , muy probablemente volvamos para la fiesta, en concreto para la corrida del jueves, en la que lidiarán Enrique Ponce, El Juli y Miguel Ángel Perera, frente a los toros de Jandilla.
Pero había motivo para esta visita previa. Teníamos una posiblidad soñada: conocer la nueva cocina bilbaína de Joseán Martínez Arija, NERUA, dentro del propio recinto del Museo Guggenheim.

Nos lo habían recomendado en Barcelona, además de ponderarlo mucho Andoni Aduriz, la semana pasada en Mugaritz, quién cree que tiene ya un nivel de doble estrella Michelín, aunque por ser reciente su inauguración, deberá esperar por los inspectores de la guía gala.
Para nosotros constituyó una experiencia sensorial de muy alto nivel. Repetible, por supuesto.
En el recuerdo:
Tomates en salsa, hierbas aromáticas y fondo de alcaparras, 
Cebolla blanca "dulce", fondo de bacalao y pimiento verde, Langostinos, curry, pan de hogaza y caldo marino, 
Bonito a la brasa, jugo de cebolla roja y aceite de pimiento de Anglet, 
Pierna de cordero, yema de arroz en puré, 
Chocolate puro de Venezuela, arena picante de mazapán
Regamos todo con un Señorío de Cuzcurrita, reserva de 2005, excelso. 


¡No se lo pierdan!

martes, 16 de agosto de 2011

Ezcaray, algo más que Echaurren

Hemos paseado la población, bajo un sol mañanero más que soportable. Ezcaray es una de las villas riojanas más deseadas por los visitantes que man la naturaleza y el aire puro de la montaña. No en vano su eslogan reza: "primer municipio turídtico de La Rioja".
A pocos kilómetros se encuentra la estación de esquí de Valdezcaray que atrae una gran cantidad de aficionados a los deportes relacionados con la nieve durante el largo invierno. La caza y, en especial, la pesca en el río Oja también convocan abundante concurrencia. Una industria de tamaño medio produce muebles, tejidos, alimentos típicos de la zona.

La gastronomía cuenta en Ezcaray con diversas propuestas. Por antonomasia, la casa Echaurren, en la que tantas veces hemos disfrutado hasta el paroxismo, es su 'catedral' del buen comer. En otro orden, no por ello menos interesante, se halla la casa Masip, donde precisamente hoy nos hemos deleitado con algunas variedades de la cocina riojana: patorrillo (pies de cordero), pochas, pimientos rellenos de carne, carrilleras al horno, morcilla con piquillos, etc. Todo ello adecuadamente regado con un Viña Pomal reserva del 2005, una de las excelentes añadas recientes. Espectacular el servicio y su amabilidad; el jardín cuidado y limpio, lleno de flores de vivos colores, con su emparrado bien tupido bajo el cual se encuentran unas amplias mesas con sillones comodísimos para los comensales sin prisa. 

lunes, 15 de agosto de 2011

Una experiencia inolvidable: Mugaritz


Desde el cariñoso rcibimiento de Andoni Aduriz, haciendo de cicerone para que conociésemos su casa, pasando por el entorno con todos los colores del verde que cantó Raimon, y el disfrute de un ambiente y una decoración cálida y sobria cuyo único objetivo es resaltar los sabrosos 'bocados', que no platos, al decir de Andoni.
Una conversación, distendida y pausada, en la cocina del restaurante, con un fondo de una veintena de operarios enfrascados en sus diversas y delicadas tareas, en la cual el tercer cocinero del mundo nos explica algunos de los principios de su arte: pausa, naturaleza, disfrute. Cocina de mercado, de huerto, de los productos próximos, con poca elaboración, con combinaciones suaves, sin exotismos gratuitos. Atención personalizada, tempo en el servicio, mesura en las dosis, excitación sensorial y satisfacción del hambre, respeto al comensal, nada de estridencias...
Mugaritz es un templo de la gastronomía, reconocido mundialmente. Cincuenta comensales como máximo, somos atendidos por una cuarentena de cocineros, camareros, emplatadores, sommeliers, etc.
Diecisiete 'bocados' desfilan ante nuestros ojos que casi no dan crédito, diecisiete retos para nuestra pituitaria y nuestras papilas gustativas, diecisiete propuestas creativas que no nos dan tregua.
Un vino blanco, Godello, seco y potente para empezar, continuado con un Sierra Cantabria, de San Vicente de la Sonsierra, para los platillos más consistentes. 
Una 'experiencia' vital, algo más que 'llenar el papo'. Creedme, hay que ir a Mugaritz en cuanto sea posible. Nunca os arrepentireis de esta excepcional experiencia.
Gracias, Andoni. Prometemos volver.

domingo, 7 de agosto de 2011

66 primaveras

Hoy celebro mi aniversario. Con amigos y familia, estaremos en el Chuchi, en Fuenmayor. La ocasión lo merece y el marco es de lo más adecuado. El tiempo, aquí, es benigno, con un cielo abierto, una temperatura de 25 grados y una brisa sureña que permite pasear sin agobios.

Los años se amontonan sin añadir gran contenido a las vidas recorridas. Tal vez los recuerdos se mezclan de forma anacrónica, una curiosa batidora en la que la niñez y la madurez se funden perfectamente como la leche y el café del desayuno. Lo reciente no se patentiza mejor que lo lejano. Una cosa permanece, la soledad incomunicable del sujeto. Aquello que nunca se separa. Al decir de Evtouchenko,

Cada uno tiene un mundo secreto, muy suyo,
donde se encuentra su mejor instante,
donde se esconde la hora más terrible.
Pero nosotros no sabemos nada de ello.

¿Y si el viaje a Ítaca no fuese más que una broma? Kavafis, de forma brillante, y luego Machado, nos hacen leer la vida sin principio ni fin. Lo único importante es el breve intermedio del camino, el destino (cualquiera de las Ítacas perseguidas) no tiene importancia, quizá porque nunca se alcanza realmente.
Que siempre Ítaca esté en tu pensamiento.
Llegar ahí es tu destino.

Pero nunca apresures el viaje.
Es preferible que dure años,
que seas viejo cuando alcances la isla,
rico con todo lo que habrás ganado en el camino,
sin esperar que sea Ítaca la que te haga rico.

Todo eso estaría muy bien si, al menos, el camino fuese rectilíneo, progresivo, sin retrocesos ni atajos a desandar; pero realmente es difícil digerir la lógica de una andadura tan cegata, dispersa y falta de método. Sin objeto formal, con grandes dosis de caprichosa discrecionalidad, la vida (el camino, el viaje, el recorrido) se lee, a estas alturas, como un zizagueante titubeo sin razón ni motivo. Como decía mi amigo Pepe Rubianes, "... hemos llegado sí, pero ¿puede alguien decirme adónde?".

Y, a pesar de todo, cada día tiene su afán. El de hoy, compartir con los seres queridos cualquier cosa menos esta dura sensación de soledad.